El formato del primer debate presidencial favoreció más a las chicanas y ataques, que a el detallamiento de las propuestas de los candidatos.
Este domingo por la noche, se llevó a cabo en la provincia de Santiago del Estero el primero de los dos debates entre los candidatos a presidentes de la nación argentina. Dicho debate no dejó cosas interesantes para ninguno de los postulantes.
Es que los candidatos a presidentes se han enojado y atacado más que lo que han propuesto. Incluso, todos se olvidaron de explicar sus ideas políticas más interesantes para sacar a Argentina adelante.
Un ejemplo de esto fue que Javier Milei no explayó sobre la dolarización, y cometió el mismo error que su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, en el debate de candidatos a vicepresidentes que organizó y llevó a cabo el programa "A dos voces" del canal de noticias TN (Todo Noticias). Además, no mencionó dos de las palabras que más votos y popularidad le dieron: "Plan motosierra".
Tampoco pudo explicar fácilmente en que consiste su propuesta de sistema de vouchers educativos, cuando le consultó sobre el tema el candidato Juan Schiaretti.
Dio muchas vueltas, en lugar de decir que el dinero que se destina a los centros educativos sería entregado a las personas en forma de vouchers para que el ciudadano elija en que centro educativo estudiar y por consiguiente financiar. El gran error de Milei fue no haber sido preciso en sus propuestas, y no entendió que a un debate lo miran desde personas que saben muy poco de política a gente que sabe muchísimo sobre el tema.
Y otro error muy garrafal de Milei fue haber reconocido que tiene a un dirigente sindical digno de casta política como Barrionuevo, quién vive del estado desde hace casi 40 años, cuando Patricia Bullrich le preguntó por qué tiene a gente de la casta política en su partido. Milei dijo: "Barrionuevo es casta política, pero vos sos más casta política que él". Una especie de "Ah pero Macri", pero mal improvisado y que lo dejó muy expuesto. Tampoco refutó los dichos de la candidata comunista, Myriam Bregman, cuando lo criticó por acusarlo de tener en sus listas a políticos massistas, kirchneristas y dignos de clasificarlos como casta política.
Si bien es cierto que cada candidato presidencial no tiene por qué ser un experto en cada tema, lo cierto es que Patricia Bullrich, la candidata de Juntos Por El Cambio, hizo mucha agua con el tema de la economía, sobre todo cuando Javier Milei le preguntó acerca de qué piensa hacer con las Leliqs. Bullrich nunca fue clara en ese tema y solo se limitó a decir que Carlos Melconian (un reconocido economista liberal) será su ministro de economía y que la inflación se baja con el freno a la emisión de pesos, además de la importancia de reducir el déficit fiscal. Ideas coherentes, pero no dijo cómo lo va a hacer, algo que a los ciudadanos argentinos les importa mucho, el cómo se ejecutarán los planes de gobierno.
Por el lado del candidato kirchnerista, Sergio Massa, se le hizo muy difícil defenderse de la pésima gestión que realiza como ministro de economía, ya que llevó al dólar de 300 pesos a 800, en poco más de un año. Todos los candidatos lo han dejado mal parado con preguntas sobre economía que él ni siquiera pudo refutar y encima hechó la culpa al ex presidente, Mauricio Macri, por el préstamo que esté tomó con el FMI (la cual fue para pagar deudas que vencían de anteriores gobiernos), y acusó a eso de todos los males (como los tres dígitos de inflación que provocó el gobierno actual), sin mencionar que el kirchnerismo se endeudó mucho más que Macri en el periodo 2019-2023.
Mientras que Juan Schiaretti, el candidato centrista de Hacemos Por Argentina, y actual gobernador de la provincia de Córdoba, estuvo muy políticamente correcto, se mantuvo tranquilo aunque eso también lo hizo pasar bastante desapercibido. No descolló, ni desentonó en el debate, aunque nunca perdió su compostura. Explicó sin muchos argumentos sus propuestas.
En tanto que la comunista Myriam Bregman, la candidata del Frente de Izquierda y De Los Trabajadores, se dedicó más a atacar que a explicar sus propuestas, y encima insultó a Patricia Bullrich en medio del debate, una falta de respeto muy grande. Son cosas que no le interesa y no le gustan a la mayoría de la sociedad argentina, que ya está harta del circo de la clase política.
Los errores de los candidatos estuvieron en no explicar detalladamente (o lo más claro posible) sus propuestas de campaña. Por ejemplo en economía, Milei tal vez fue el más claro en economía, por su condición de economista, pero él se limitó a hablar más de historia que la mayoría no conoce, que a explicar detalladamente cómo acabará con la inflación, cómo va a dolarizar y cómo va a achicar el déficit fiscal. No sé distinguió de los políticos que prometen pero que no dicen cómo llevarán a cabo sus propuestas. Incluso, agotó sus cinco derecho a réplica en la parte que se debatía sobre economía, y no los supo aprovechar.
Tal vez lo más destacado y bueno del debate presidencial, fue el momento en el que Patricia Bullrich defendió abiertamente a las fuerzas de seguridad, como la gendarmería y la policía, a quienes los respaldó públicamente en su accionar para terminar con la delincuencia y los vandálicos que complican la vida a los argentinos con cortes de calles y destrozos a lo largo del país.
Pero en líneas generales, el debate presidencial fue muy flojo y careció de propuestas de campaña desarrolladas y explicadas sobre cómo se llevará adelante. En definitiva el debate presidencial es para eso, y no para que la sociedad vea una guerra de ataques entre un candidato y otro. La culpa no fue solo de los postulantes, sino también del formato que implementó las preguntas cruzadas, a comparación del último debate presidencial del ano 2019.
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