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¿Por qué la derecha asciende tanto en Europa?

Actualizado: 10 abr 2023

Las grandes elecciones que los políticos de derecha hacen en el viejo continente no son casualidad. Marcan el hartazgo de los europeos por los gobernantes socialdemócratas, que no se han ocupado de los verdaderos problemas de sus pueblos.

La flamante nueva primer ministra italiana, Giorgia Meloni, junto a Viktor Orbán, primer ministro húngaro. Foto: Web.

En Europa surgen fuerzas políticas de derecha que ganan o hacen cada vez mejores elecciones. Países como Italia, Polonia, Hungría y Suecia cuentan (o contarán en los próximos días) con gobiernos de derecha. Mientras que en naciones como Francia, Eslovenia, Eslovaquia, Bélgica, Letonia, España, Portugal y en casi todo el resto de Europa, la derecha irrumpió tremendamente en las últimas elecciones, a tal punto de ser segunda o tercera fuerza. La pregunta es: Por qué tan buenos resultados de la derecha y por qué la izquierda ha caído?


Cuando se hace referencia a la derecha, no es la derecha liviana que se conoce en Latinoamérica (al estilo Mauricio Macri en Argentina, Iván Duque en Colombia o Sebastián Piñera en Chile), sino que es una derecha dura (como la de Jaír Bolsonaro en Brasil). Algunos pensadores la denominan como una "nueva derecha", en donde no solamente se interesa por la economía de los países, sino que también dan mucha importancia a la batalla cultural, y a ir en contra de la Agenda 2030 y posiciones globalistas, en contraposición a la derecha light que conocemos en Latinoamérica que es tibia en esta cuestiones culturales y hasta en muchos casos comparten esa agenda progresista con la izquierda (como por ejemplo cumplir con la Agenda 2030, el aborto, la ideología de género, la eutanasia, etc.).


La realidad es que la socialdemocracia europea está en crisis. Para entender mejor, la socialdemocracia es una ideología política, que en materia económica es de centroizquierda. Cree en una economía social de mercado (un capitalismo suave, una apertura económica suave, en ese sentido no es como la izquierda castrochavista latina, que cierra extremadamente la economía) y al mismo tiempo pretende tener un estado grande, como así también subas de impuestos y del gasto público. Sin embargo, en los últimos tiempos se corrieron más a la izquierda y las economías europeas cayeron en crisis, como pasó en España, Alemania e Italia.


Con el correr del tiempo, especialmente en la actualidad, la socialdemocracia europea es bien "progresista" en lo social, ya que apoyan rotundamente leyes de reducción de población, de ideología de género y feminismo, de inmigración masiva y fronteras débiles (le dan mucha importancia a los refugiados, que en muchos casos no son más que delincuentes y agentes de los regímenes islámicos), como así también de falso ecologismo y entregados totalmente a intereses globalistas como los de la ONU y la OMS, además de querer cumplir con la Agenda 2030.


Toda esta agenda "progresista", más que progreso trajo serios problemas a los países europeos que tuvieron gobiernos de izquierda. Por ejemplo, con la inmigración masiva de refugiados africanos e islámicos, han subido demasiado las tasas de inseguridad, asesinatos y atentados. De hecho, el Estado Islámico ha llamado a cometer atentados en Europa, lo cual es muy peligroso. Además esta clase de inmigrantes no se adaptan a la cultura de Occidente, por lo que son un gran problema para las sociedades europeas.


En Estocolmo se impuso la Sharía islámica, lo que generó muchísima preocupación entre los suecos. En Suecia la derecha hizo una elección histórica, tras esta crisis humanitaria provocada por la socialdemocracia. Foto: Infobae.

En sintonía con lo anterior, van las leyes de reducción poblacional, como lo son las de aborto, eutanasia e ideología de género, en las que los progresistas pretenden imponer una cultura de tener menos hijos, y que quienes nazcan cuando sean grandes no formen familias, o que se hagan homosexuales así no se reproducen.


La ideología de género es perversa y ya desde niños los quieren corromper con la denominada "educación sexual integral", en donde les enseñan a masturbarse, a mirar pornografía, a vestirse del sexo opuesto y a odiar el sexo natural con el que nacieron. Todo para contentar a una minoría y a los promotores de estas, como George Soros, Bill Gates y otros magnates que ponen dinero en los países del mundo para fomentar estas aberraciones, con el financiamiento a políticos progresistas, medios de comunicación y empresas.


Para los "refugiados" no es un problema procrear y formar familias. Suelen tener muchos hijos y los crían con sus valores, por lo que de seguir así, Europa en unos pocos años va camino a convertirse en una colonia islámica y de ese modo atacar las tradiciones y valores de cada nación, en donde ni siquiera se pueda vivir en libertad. La izquierda no controla las inmigraciones, y no le importa que lleguen delincuentes como inmigrantes ilegales, que atentan contra la seguridad nacional de cada país.


Otro tema es el del ecologismo y la reducción de las plantas de energía nuclear, que ahora está dando muy malos resultados porque Rusia le ha cortado el gas y la energía a los países de la Unión Europea que apoyan a Ucrania, por lo que varios europeos estallaron de bronca por tener que pagar una tremenda suma de dinero mensual por el precio del gas y de la energía eléctrica (se preveen apagones para el invierno europeo). Además de que con el ecologismo han perjudicado a los campesinos y agricultores (en Holanda ya se ven duras protestas contra el gobierno porque el gobierno holandés cerró forzosamente muchas granjas, con la excusa de reducir las emisiones de nitrógeno de carbono, lo cual genera pérdidas para el país y obviamente a los campesinos).

Tractorazo de los campesinos neerlandeses contra el gobierno ambientalista y progresista de Mark Rutte. Foto: El País.

Los europeos no olvidaron las cuarentenas obligatorias con las que han sometido a sus pueblos por el COVID-19, como así también la imposición del pase sanitario (vacunarse obligatoriamente con inoculaciones que demostraron no ser efectivas y bastante peligrosas), que afectó bastante a las economías y empleos.


Por supuesto que las poblaciones europeas han visto que los gobiernos socialdemócratas han estado más ocupados en responder a estas leyes globalistas e intereses estúpidos y corruptos, en lugar de proteger la soberanía de sus países y dar las herramientas a los pueblos para que mejoren su calidad de vida. Los europeos están acostumbrados a vivir ordenadamente, con una buena economía y seguridad. Sin embargo, en los últimos 5, 8 años, eso ha ido en deterioro en países socialdemócratas. Para contrarrestar esto, los candidatos de las derechas europeas presentan una agenda totalmente opuesta a estos intereses, y han hecho grandes elecciones.


Suelen ser candidatos de centroderecha en lo económico y muy conservadores en lo social, como lo son Andrzej Duda (presidente de Polonia) y Viktor Orbán (presidente de Hungría). En esa línea van Giorgia Meloni de Italia, Santiago Abascal en España y Marine Le Pen en Francia, por mencionar algunos. No son una derecha "light" (como lo es también el Partido Popular en España), sino que es una derecha reaccionaria, y que en muchos casos son políticos muy creyentes en la fe cristiana.

Franke Petry (Alemania), Marine Le Pen (Francia), Matteo Salvini (Italia), Geert Wilders (Países Bajos) y Harald Vilimsky (Austria), son algunos de los representantes de la derecha dura en Europa. Foto: Web.

Los europeos eligen cada vez más a candidatos políticos que vayan contra la casta política. Eligen una opción diferente a esa derecha que no le importa el aspecto social y cultural (la cual ya perdió varios votos por derecha, valga la redundancia), y también a esta nueva derecha que combate a los socialistas europeos, que cada vez están más socialistas que democráticos. Ya no quieren las imposiciones de la Unión Europea, esos burócratas de Bruselas que buscan cercenar las soberanía de los países europeos, y que castiga a los gobiernos que se oponen a la globalista Agenda 2030, que no es más que una agenda que quiere el fracaso económico, político, social y cultural de las naciones del mundo.


Europa gira hacia una derecha patriota, que prioriza la soberanía y la libertad de sus pueblos, como así también una agenda de buenos valores, de promoción de la natalidad, de protección a la familia tradicional, de reforzar las fronteras y combatir la inmigración ilegal (sobre todo los ilegales que llegan de países islámicos y que no son occidentales), y honrrar las tradiciones de cada país. Enhorabuena, Europa despierta y los pueblos están cada vez más patriotas. El futuro pertenece a los patriotas, no a los globalistas.

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