Los triunfos de Javier Milei en Argentina y de Geert Wilders en Países Bajos develan un giro a la nueva derecha en la región de Occidente, en respuesta a los desastres de los gobiernos de izquierda en materia económica y de fronteras abiertas.
Los problemas que presentan los países latinoamericanos no son los mismos que los que presentan los europeos. Y sus votantes sufragaron en contra de los gobiernos de turno, por motivos principales muy diferentes respecto a otros continentes.
En el caso del triunfo de Javier Milei en Argentina, este ganó como respuesta por parte del pueblo argentino a exigir una mejor situación económica, terminar con la inseguridad y acabar con la corrupción del kirchnerismo.
En Latinoamérica, los mayores problemas son los de la economía, la corrupción y la inseguridad. Pero sobre todo el inconveniente mayor es el de la economía, ya que la izquierda en la región es de corte chavista y no suele ser socialdemócrata. Al menos, en Argentina no hay problemas con la inmigración que cree inseguridad.
Los inmigrantes de Medio Oriente son el mayor problema y preocupación de Europa
Distinto es el caso de Europa, especialmente en Países Bajos, en donde Geert Wilders ganó los comicios y se convirtió en jefe de estado, como respuesta a las políticas progresistas de Mark Rutte, de cerrar forzosamente muchas granjas, con la excusa de reducir las emisiones de nitrógeno de carbono, lo cual genera pérdidas para el país y obviamente a los campesinos. Eso provocó fuertes protestas y el rechazo generalizado de los neerlandeses.
Mientras que otro motivo, y probablemente el principal, tiene que ver con la ola inmigratoria proveniente de países de medio oriente, cuyos habitantes no se adaptan a la cultura occidental e intentan imponer el Islam, que es una secta muy peligrosa. De hecho, muchos asesinatos, violaciones y robos en Países Bajos provinieron de inmigrantes de dichas naciones de Medio Oriente.
Misma historia ocurre en el resto de países de Europa, que poseen las políticas de fronteras abiertas a inmigrantes. Es cierto que no todos los inmigrantes son malos, pero lo cierto es que la mayoría que provienen de Medio Oriente son inadaptados sociales en Europa.
Irlanda es un caso claro, ya que allí se armó una revuelta social en reclamo del fin de las fronteras abiertas, porque un inmigrante de Argelia asesinó a cuatro niños y una mujer a cuchillazos, en plena calle. Este país es de los que más creció económicamente en el mundo, en las últimas décadas, pero sufren consecuencias negativas en seguridad nacional, al igual que el resto de las naciones europeas que no cuidan y cierran sus fronteras a los habitantes de Medio Oriente que profesan el Islam.
Polonia y Hungría son la contracara de esto, ya que son los dos países más seguros de Europa y casualmente protegen sus fronteras al tener restricciones muy fuertes para el ingreso de los provenientes de Medio Oriente. Y la mayoría de vivientes en países de Europa piden que se apliquen las mismas políticas en sus países.
La oposición a puntos claves de la Agenda 2030
La nueva derecha se opone a la Agenda 2030, y a comparación de la centroderecha simplista, da la batalla cultural y no solo en el campo económico. Reconoce la nueva derecha la importancia de ganar la cultura y desterrar todo discurso progresista de la mayoría de la opinión pública.
Mientras los partidos socialdemócratas y de izquierda se juegan abiertamente a favor de promover la Agenda 2030, sus pueblos sufren necesidades e inconvenientes que no son atendidos por dichos gobiernos en Europa.
Si bien la nueva derecha por lo general es conservadora en temas sociales, hay variaciones en algunos temas (por ejemplo, Geert Wilders y la francesa Marine Le Pen se oponen a las fronteras abiertas pero no han dicho nada sobre sus posturas respecto al aborto y la ideología de género). Lo cierto es que en Europa se los reconoce por mínimamente oponerse a las fronteras abiertas a los de medio oriente y por proponer una economía abierta y no socialista.
La nueva derecha va en crecimiento en el mundo occidental, con las elecciones ganadas por Geert Wilders, Javier Milei, Giorgia Meloni, Viktor Orban y Ulf Kristersson, por mencionar algunos, y es en hartazgo a la crisis de la socialdemocracia europea, que solo triunfó en países como España y en Francia (aunque en ambos países hubo crecimientos de las fuerzas de la nueva derecha).
El mundo cada vez aclama con más fuerza libertad, prosperidad y paz, con el respeto a los valores occidentales y a las tradiciones que han hecho únicas y crecer a dichas naciones.
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