El izquierdista, con pasado guerrillero, Gustavo Petro fue electo como presidente en Colombia, con más del 50% de los votos. La ola socialista avanza con fuerza en América Latina, a pesar de la evidencia empírica de los pésimos resultados económicos, sociales y culturales que ha tenido.
El domingo por la noche se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de segunda vuelta en Colombia. A pesar de que Rodolfo Hernández tenía el camino allanado para ganar (ya que con los votos de Federico Gutiérrez le habría alcanzado para ser presidente), el comunista Gustavo Petro ganó las elecciones, con 11.281.013 votos y será el presidente colombiano hasta el año 2026.
En este contexto, Colombia se suma a los países sudamericanos gobernados por presidentes de izquierda, como lo son: Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Además de Venezuela, que sufre la dictadura socialista del chavismo, con Nicolás Maduro a la cabeza.
Desde 2019 hasta la fecha, solo Luís Lacalle Pou en Uruguay y Guillermo Lasso en Ecuador han sido los únicos presidentes de la región, que no son de izquierda, y ganaron elecciones presidenciales. Sin embargo, tanto en Uruguay como en Ecuador, ambos jefes de estados sufren fuertes embates de la izquierda e intentos de desestabilización política. Ante todo esto surge la pregunta: ¿Latinoamérica atraviesa por una ola imparable del socialismo?
Claramente, no solo Sudamérica, sino que el continente americano en si atraviesa por una ola socialista y de presidentes identificados con la izquierda. Incluso en Norteamérica hay gobiernos socialdemócratas (lo más izquierdista posible para esos países históricamente representados por el capitalismo), como los de Joe Biden y Justin Trudeau.
Hay un libro, muy recomendable para leer, titulado "La fatal ignorancia" y que fue escrito por el politólogo Axel Kaiser. Para describir este momento socialista de Latinoamérica es oportuno apelar a frases escritas en esa obra. Lo que ha sucedido es que los gobiernos de centroderecha o derecha, no le han dado importancia a la cultura. La han dejado de lado y ese vacío fue aprovechado y cooptado por la izquierda.
Los periodistas, filósofos, sociólogos, profesores universitarios y pensadores son casi todos de izquierda, especialmente en estos países. El hecho de ver a estas carreras como inútiles fue un gran error, porque las creencias, valores e ideas son agentes movilizadores de masas. Además los presidentes de izquierda le dan trabajos e ingresos en el estado a intelectuales de izquierda y estos luego realizan una tarea tremenda de militancia política pro-socialista en colegios, universidades, en el campo del arte, la prensa, el cine y demás industrias culturales, con la difusión de eslóganes políticos de ideas de "igualdad social" y demás principios socialistas, con el afán de que la izquierda tenga poder.
Asimismo, lugares de aprendizaje como las universidades han sido tomadas por la izquierda, como así también los diferentes medios de comunicación y hasta incluso industrias culturales, como las relacionadas al cine y la literatura. Son generadoras de conocimiento y eso la derecha lo ha dejado de lado. Los emprendedores, que luego se convirtieron en exitosos empresarios (y dieron trabajo a muchísimas personas) no han tenido en cuenta esta batalla cultural.
Por eso la obsesión de los gobiernos socialistas en realizar "universidades públicas", que en realidad más que hacerlas para formar profesionalmente a los alumnos, el verdadero objetivo con el que la izquierda hace universidades públicas es para adoctrinar alumnos que defiendan las ideas socialistas y las esparzan por todos lados.
No es casualidad que en las violentas marchas y protestas comunistas, como las que hubo en Chile y en Ecuador en el año 2019 y en Colombia en 2021, había muchos alumnos universitarios, que son continuamente adoctrinados con ideologías marxistas y textos escritos por personas de izquierda.
No solo eso, sino que también los periodistas han hecho lobby para que ganen gobiernos de izquierda. Por ejemplo en Argentina vendieron positivamente al kirchnerismo (a quién castigaron duramente antes de las elecciones presidenciales de 2015 que ganó Mauricio Macri), con una figura de un Alberto Fernández moderado, porque Macri recortó la pauta oficia a todos los medios de comunicación.
Las personas y los pueblos (especialmente los más pobres) no son inmunes a este adoctrinamiento izquierdista y comienzan a ver a líderes políticos socialistas como sus salvadores. Es que como decía North, los electores son incapaces de medir la concordancia entre sus intereses y las políticas que los gobiernos llevan a cabo, por lo que recurren a mitos y estereotipos al momento de elegir.
Las ideas que imponen los socialistas en la cultura, como hablar de un falso "Neo" liberalismo y culparlo de todos los males de la sociedad, y que ser comunista es estar a favor del pueblo, calan hondo en los pueblos latinos por el hecho de que le han dado mucha importancia a la cultura y son muy hábiles para la mitología y el manejo de las ideas mediante el lenguaje.
Buscan imponer que la desigualdad es mala y que eso es una falta de respeto, que agrede y humilla al pobre. Entonces lo que pretende la izquierda, no es nivelar para arriba y que los pobres puedan ser más ricos económicamente con generación de empleo, con creatividad y capacitación. Por el contrario, quieren que los pobres sean brutos y ganen dinero sin trabajar, darles bonos con dinero robado, con altos e injustos impuestos, a los que generan y dan trabajo (además de que también matan a impuestos al mismo pueblo de clase media y baja, como por ejemplo productos alimentarios muy caros con la aplicación muy alta del IVA).
Pero la izquierda no quiere que el pobre salga de la pobreza. Entonces la ecuación perfecta de los socialistas es la de dar bonos, hacer que los pobres no trabajen pero que sigan en la pobreza. Porque un pobre adoctrinado en ideas socialistas es un voto asegurado. Nunca le va a convenir a un presidente zurdo, que un pobre deje de ser pobre y tenga educación, porque perderá su voto al no necesitar del estado.
Entonces atacan a los empresarios y a los empleadores que generan y dan trabajo. No es casualidad que en Latinoamérica haya mucha pobreza y es por eso que muchas empresas no invierten en la región o abandonan los países en donde no hay libertad de negociar contratos de trabajo y tienen altos impuestos y trabas laborales, que al fin y al cabo dan mucho trabajo en negro y precario. Mientras que paises que se hicieron ricos como Nueva Zelanda, Suiza, Estonia, Islandia, Luxemburgo, por mencionar algunos ejemplos, han tenido y tienen economías que apelan al libre mercado (contrario a lo que propone la izquierda).
Pero no todo está perdido
Estos resultados electorales que se dieron en Latinoamérica, mayoritariamente a favor del socialismo, son producto de lo mencionado anteriormente. Sin embargo, hay una luz de esperanza dentro del túnel. En algunos países latinos las personas comienzan a abrir los ojos y ven la mentira socialista.
El caso más claro es el de Argentina. Si bien en la actualidad gobierna el kirchnerismo (que es de izquierda), la sociedad comienza a dar un giro hacia la derecha. El primer dato que avala esto es que en las mismas elecciones de 2019, el ex-presidente Mauricio Macri logró mantener los 4 años de mandato y fue el primer presidente no peronista (y que no es de izquierda) en terminar su mandato. No solo eso, sino que se fue con marchas antikirchneristas en las que más de un millón de personas se juntaron en todo el país. Aunque al final, Macri sacó un 41% de los votos.
Otro dato es que la coalición de centroderecha Juntos Por El Cambio logró casi que un 43% en las elecciones legislativas dando un contundente cachetazo electoral al kirchnerismo, que se hizo con el 34% de los sufragios. Es que la pésima gestión K hizo que la gente abra los ojos y esos mismos que votaron "Para llenar la heladera" en 2019, la gran mayoría optó por votar a Juntos Por El Cambio o también a los liberales de derecha, como por ejemplo José Luis Espert y Javier Milei, que hicieron muy buenas elecciones y fueron tercera fuerza en la Provincia de Buenos Aires y en CABA.
Como si esto fuera poco, el 57% de los argentinos están a favor de que haya un presidente de centroderecha o derecha, según datos de la consultora D'Alesio IROL. Por lo que en Argentina las ideas de derecha ganan muchísimo terreno, especialmente porque hay varios pensadores, escritores, influencers y políticos de derecha que calan en las mentes de los argentinos. Incluso el ex presidente Mauricio Macri, fue el primero en hablar de un "cambio cultural" y es a partir de entonces en donde las ideas de la libertad comenzaron a ganar terreno. No fue suficiente para ganar en 2019 (más por tener un congreso en contra que no le permitió gobernar como el quiso), pero en 2023 es casi un hecho que el kirchnerismo no gobernará y habrá un gobierno de derecha o centroderecha en Argentina.
Algo similar ocurre en Perú, en donde el izquierdista Pedro Castillo cuenta con más del 70% de desaprobación, según una encuesta de CPI y solo un 20% de aprobación. Hay que tener en cuenta que Castillo ganó el ballotage presidencial ante la derechista Keiko Fujimori, por poco más de 40.000 votos y que gobierna desde el 21 de julio de 2021.
Esto también ocurre en Chile. A pesar de que la ola izquierdista impactó muy fuertemente en Chile, con una rotunda aprobación ciudadana para cambiar hacia una constitución más socialista y con un tremendo triunfo electoral del socialista Gabriel Boric ante el derechista José Antonio Kast (al obtener el 55% de los votos). Sin embargo, los chilenos se decepcionaron rápidamente con Boric, y según una encuesta de Cadem, alcanzó el 57% de desaprobación en apenas dos meses de gobierno.
Dicho algunos ejemplos de presidentes latinos y socialistas, tal vez esta ola de presidentes izquierdistas sirva para que los pueblos latinoamericanos vivan en carne propia que las políticas socialistas no funcionan y para que los próximos presidentes de derecha sean más firmes en sus propuestas y las políticas que puedan implementar en materia económica. Cómo ya lo advirtió el ex-presidente argentino Mauricio Macri y más de un líder de la derecha dura de Juntos Por El Cambio: Girar hacia una economía capitalista y libre, que lleve a la prosperidad.
Hay algo que lograron algunos presidentes y candidatos de derecha o centroderecha en la región como Mauricio Macri, Jair Bolsonaro y José Antonio Kast, que es el hecho de formar bases sólidas de habitantes que ya no quieren más socialismo, ni políticos autoritarios que no los dejen vivir en libertad. Los tres mencionados cuentan con una base muy importante de votantes (como también Donald Trump en Estados Unidos) con esas convicciones muy firmes. Sin dudas eso irá en pleno crecimiento, a medida que cada país tenga líderes políticos y personas en la cultura que luchen por la libertad y contra el socialismo, y con la ayuda de los malos gobiernos de izquierda.
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