Daniel Noboa irrumpe como lo nuevo en la política ecuatoriana ante la correísta Luisa González. El liberal Noboa es el favorito a ganar las elecciones.
Este domingo 15 de octubre será una fecha muy importante para Ecuador. Es que se celebrará el ballotage presidencial entre el jóven Daniel Noboa y la correísta Luisa González, quienes son los dos candidatos a reemplazar al actual presidente, Guillermo Lasso, en el Palacio de Carondelet. Hay que tener en cuenta que estas elecciones se llevan a cabo porque Lasso hizo la muerte cruzada en mayo de este año.
La realidad es que Daniel Noboa, de 35 años de edad, quiere convertirse en el presidente más jóven de la historia de Ecuador. El empresario bananero e hijo de Álvaro Noboa (dueño de avena Quaker en dicho país) irrumpió en la política y sorprendió a casi todos sus compatriotas al hacer una gran elección y obtener un segundo puesto, con un 23,47% de sufragios, que lo depositó en la segunda vuelta presidencial, y quedó a diez puntos de Luisa González. Lo cierto es que Noboa tiene las de ganar, ya que no solo es el favorito en las encuestas, sino que también sumaría gran parte de los votos de Jan Topic (14,41%), Otto Sonnenholzner (7,06%) y Cristian Zurita (16,37%), quienes se oponen fuertemente al correísmo.
Mientras que Revolución Ciudadana, el partido político del socialista de Rafael Correa (prófugo de la justicia que está en Bélgica) intentará volver a gobernar con su candidata Luisa González, de 45 años de edad, y así intentar imponer nuevamente el socialismo del siglo XXI, el cual la mayoría de los ecuatorianos consideran un gran peligro, sobre todo por las dudas y desconfianza en el correísmo que nunca fue partidario de la dolarización que tanta estabilidad económica trajo a Ecuador. Y como el dólar es muy popular en Ecuador, entonces el candidato presidencial que vaya contra o insinúe ir contra la dolarización, tiene las de perder.
Las elecciones de Ecuador no son una más. Son elecciones que pueden definir el rumbo que tomará Sudamérica. Si gana Noboa, habrá un camino de libertad que en Ecuador se acentuó con el pacto político que han hecho las fuerzas anticorreístas tras el asesinato del periodista investigador y ex candidato presidencial Fernando Villavicencio. Pero si gana Luisa González, sumado al gobierno socialista de Lula da Silva en Brasil (uno de los creadores del Foro de Sao Paulo), se fortalecería muchísimo ese socialismo del siglo XXI, y el continente puede entrar en grave peligro, además de que el narcosocialismo quedaría impune, ya que el correísmo, como el resto de partidos de izquierda latinos, no proponen mano dura a la delincuencia y narcotráfico, sino que los catalogan como "víctimas de la sociedad", además de que Luisa González afirmó que no eliminará la tabla de consumo de drogas, que descriminaliza a las drogas de todo tipo, y que Venezuela está mejor que Ecuador. También el país sudamericano caería fuertemente, ya que el socialismo correísta propone cerrar la economía al mundo, aumentar el gasto público (y como consecuencia un fuerte aumento del déficit fiscal que es causante de default) y corromper aún más a la justicia e instituciones públicas para lograr la impunidad y el regreso e Rafael Correa a Ecuador.
En el caso de que Noboa llegue a ser presidente, sería muy distinto al gobierno de Lasso, que tuvo que gobernar en soledad y con muchos palos en la rueda, con asambleístas que estaban casi todos en contra de él. El candidato de ADN tendría más respaldo en la Asamblea para realizar sus principales propuestas, como las reformas liberales y tributarias en la economía que impulsen la competitividad e inversión extranjera, y también para poder fortalecer la dolarización y las instituciones ecuatorianas, además de reducir el déficit fiscal que dejó el correísmo, y que ni Lenín Moreno, ni Guillermo Lasso pudieron terminar de saldar. También podría ser una especie de Nayib Bukele ecuatoriano, ya que propone hacer una cárcel barcaza para delincuentes más peligrosos y un Plan Fénix (basado en una central de inteligencia) para combatir la inseguridad y una reforma judicial para que la justicia sea más efectiva. Es partidario de la mano dura y vigilancia fuerte contra la delincuencia y el narcotráfico, que es el principal problema de Ecuador (especialmente en las ciudades y provincias de la costa).
Noboa es un jóven empresario, liberal, de centroderecha, que irrumpe como lo nuevo en la política ecuatoriana. Tiene una vicepresidente muy conservadora y catalogada de "extrema derecha" por ser trumpista (apoya al ex presidente norteamericano Donald Trump) y también ser partidaria del ex jefe de estado brasilero, Jaír Bolsonaro y del partido español VOX. Además de ser militante provida, oponerse a la Agenda 2030 (feminismo, ideología de género, comunismo, etc) y tener un discurso más liberal en lo económico que el mismo Noboa, ya que es partidaria del sistema de vouchers en educación y de una salud privatizada. Es una mujer que va muy en contra del establishment y dice propuestas que Noboa (más políticamente correcto) no se anima a decir, ni proponer públicamente (como por ejemplo un importante recorte del gasto público). Abad propone los tres pilares del liberalismo como base de gobierno: gobierno limitado, libre mercado y propiedad privada.
Lo nuevo en la política irrumpió fuerte en Ecuador. Algo similar con lo que ocurre con Javier Milei en Argentina, quien discursivamente se lo ve como al "nuevo" en la política, y sacó un 30% en las elecciones presidenciales. Y ese discurso de ser nuevo en la política caló hondo en los ecuatorianos, y a pesar de que el gobierno de Lasso (centro) no pudo ser el mejor y fracasó en cuestiones de seguridad, lo cierto es que probablemente en Ecuador elijan la libertad nuevamente y vuelvan a decirle que no al correísmo corrupto y socialista, amigo de las tiranías de Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega, y de todo el resto del Foro de Sao Paulo, que busca instalar en Latinoamérica una especie de Unión Soviética latina, y hacerla completamente socialista, al estilo castrochavista, lo cual traería muchísima pobreza a la región.
El domingo se verá si los ecuatorianos confirman el rumbo anticorreísta y a favor de la libertad, o si deciden volver al pasado y correr un serio peligro de caer en una dictadura narcosocialista, que someta al país a la miseria y corrupción. Por lo pronto, Noboa y la libertad tienen las de ganar.
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